La medida sigue las denuncias de espionaje por parte de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA) a ciudadanos de países latinoamericanos, incluidos la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y el mandatario mexicano Enrique Peña Nieto.
"Este sistema de espionaje que ha existido merece, además de los esfuerzos individuales que hacen cada uno de nuestros países, una complementación que permita disminuir las situaciones de vulnerabilidad", comentó Agustín Rossi, ministro de Defensa argentino. Por su parte, su homólogo brasileño, Celso Amorim, puntualizó que ambos países tienen "una gran capacidad de producción de software" que puede aplicarse a este ámbito.
Los ministros adelantaron que un grupo de especialistas argentinos viajará a Brasil para tomar conocimiento de lo que allí se hace en materia de ciberdefensa y que antes de fin de año habrá una reunión, también en Brasil, para intensificar el desarrollo de proyectos conjuntos en esa esfera.
Tras las denuncias sobre el espionaje estadounidense hechas por el periodista Glenn Greenwald, quien se basó en los archivos filtrados por el extécnico de la CIA Edward Snowden, Brasil convocó al embajador de EE.UU., Thomas Shannon, para que diera explicaciones y canceló los preparativos para la visita de la presidenta Rousseff a EE.UU. A través de una nota diplomática, México exigió a su vez a EE.UU. llevar a cabo una investigación exhaustiva con el fin de aclarar su responsabilidad en el caso.