"El desarme estipulado no solucionará la crisis siria, pero es un avance importante", puntualizó Kerry después de reunirse en Jerusalén con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Añadió que Washington avisa a Damasco de que la amenaza de usar la fuerza en su contra permanecerá válida en caso de que no cumpla con el acuerdo estipulado. Subrayó que Moscú, por su parte, se comprometió a apoyar una respuesta contra Siria dentro del Consejo de Seguridad si el Gobierno de Bashar al Assad no cumple con sus nuevas obligaciones internacionales, siempre que esas infracciones sean probadas.
Netanyahu, por su parte, comentó que tiene la esperanza de que el acuerdo entre Rusia y EE.UU. sobre Siria finalice con la destrucción completa de los arsenales químicos del país árabe. Según el primer ministro israelí, el resultado ha sido posible gracias al hecho de que la diplomacia ha ido estrechamente unida a una amenaza militar creíble.
El plan de control internacional de los arsenales químicos en Siria, medida destinada a suspender la acción militar de EE.UU. contra el país, prevé la destrucción del equipamiento para la producción de armas químicas para noviembre y la destrucción completa de todo el armamento químico disponible para la primera mitad de 2014. Damasco, por su parte, garantizó que seguirá las regulaciones de la Convención Internacional sobre la Prohibición de Armas Químicas al pie de la letra, sin esperar su admisión oficial en el organismo.