Por otro lado, la resolución que apoye la decisión de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) debería "establecer los compromisos del Consejo de Seguridad de controlar el cumplimiento de las decisiones de la OPAQ", precisó Lavrov en una rueda de prensa tras un encuentro con su homólogo francés, Laurent Fabius.
"Si aparecen informaciones sobre obstáculos impuestos por una de las partes [del conflicto] o sobre el empleo de armas químicas, el Consejo de Seguridad de la ONU, deberá estudiarlas", explicó el ministro ruso.
Añadió que ya se dieron a conocer numerosos casos de provocaciones en los que informaciones de ese tipo resultaron ser falsas, por lo que se necesita un análisis profundo e independiente.
Por ello Moscú tiene "muchas razones para pensar" que el uso de sustancias tóxicas el pasado 21 de agosto cerca de Damasco también "fue una provocación" y los inspectores de la ONU no han establecido quién fue el responsable de esta acción. Además, tendrán que regresar a Siria para investigar otras denuncias hechas tanto antes como después de esa fecha.
La semana pasada Rusia y EE.UU. llegaron a un acuerdo sobre el plan de control internacional de los arsenales químicos en Siria, medida destinada a evitar una acción militar contra el país.
A partir de este programa, el Consejo de Seguridad de la ONU elaborará una resolución que supondrá el uso de la fuerza en el caso de incumplimiento de las condiciones estipuladas, entre ellas la eliminación completa de las armas químicas y de los materiales y equipamientos para su producción en Siria.