Al presidente de EE.UU., Barack Obama, lo "forzaron a involucrarse en la historia siria de una forma totalmente desafortunada", considera el periodista y analista Mijaíl Leóntiev, citado por el portal Topwar. Aunque el mandatario estadounidense, galardonado con un Premio Nobel de la Paz, tenga otra opinión sobre la solución del conflicto en Siria, ciertas fuerzas influyentes lo seguirán presionando, asegura.
Ya que los planes de EE.UU. de realizar un ataque militar contra Siria fracasaron, o al menos se aplazó su realización, ahora Obama tiene que maquillar el "cambio de la dirección de la política estadounidense", según Leóntiev. Resulta paradójico que para la imagen pública de Obama no atacar a Siria (algo que probablemente no quería hacer en realidad) sea menos favorable de lo que hubiera sido atacarla, concluye el periodista.
Durante los preparativos de la posible intervención en Siria, Washington dio varios pasos "humillantes", incluso reconoció que aceptaría la financiación extranjera ofrecida por unos países árabes para esa operación. "Ser contratado por Catar para hacer el trabajo sucio en contradicción con el sentido común y la ley internacional" es una actitud indignante para Leóntiev.
No obstante, el final de este duelo diplomático aún no está claro. Es fácil "dispersar alguna sustancia tóxica en Siria y rodar un vídeo barato que supuestamente desenmascara el Ejército sirio". Aún más fácil será hacerlo en Turquía o Israel, escenificando la agresión de Siria contra sus vecinos, advierte el analista.