De esta manera el pueblo estadounidense "se ha acostumbrado a que todos sus presidentes deben desatar alguna guerra, porque sin guerra el presidente no es emperador. Ha aparecido una mentalidad imperialista, como en la antigua Roma", señala el politólogo.
"Aunque el pueblo no quiere guerrear, el prestigio del presidente-emperador está cada vez más relacionado con la guerra, aunque esta no termine con mucho éxito". Este fenómeno es evidente también en el marco del debate público sobre la posible intervención militar en Siria por parte de EE.UU.
En este sentido, aunque durante muchos años Washington ha sido líder de la formación de la opinión pública, "actualmente la propaganda empieza a fallar".
John McCain responde a Putin en lugar de Obama
El mensaje del senador republicano John McCain publicado en el periódico ruso 'Pravda' días después del artículo del presidente Vladímir Putin en 'The New York Times' demuestra que "Obama no tuvo nada que rebatirle a Putin, por eso otros políticos tuvieron que contestar por él", considera Mezhúyev.Entre la élite política no hubo mejor candidato para esta tarea que McCain, una "encarnación de la rusofobia estadounidense". El objetivo de su mensaje era "disminuir el prestigio de Rusia tras su iniciativa" para solucionar el conflicto en Siria de manera pacífica, estrategia que "seguirá usándose en el futuro", advierte el experto.
Mezhúyev califica esa táctica de "detestable". Al escribir que "los rusos merecen un mejor presidente", McCain en realidad insulta a la nación rusa, ya que habla de un presidente elegido por la mayoría, y esa elección debería ser respetada, concluye el politólogo.