En su habitual informe sabatino, el mandatario volvió a señalar que Texaco, que operó en el país entre 1962 y 1990 y que en 2001 fue adquirida por Chevron, dejó una enorme contaminación ambiental en la Amazonía ecuatoriana.
Miles de colonos e indígenas de esa región demandaron hace más de 13 años a la multinacional estadounidense por la contaminación que le atribuyen haber causado en sus territorios.
Si no tienen sanción judicial (…) tendrán sanción moral, ojalá tengan sanción económica de los ciudadanos conscientes del planeta
En 2011 una corte de la nación sudamericana condenó a Chevron a pagar más de 19.000 millones de dólares como indemnización por los daños ambientales, sentencia que la petrolera reniega, pues aduce que fue víctima de un fraude por parte de los abogados de los demandantes.
Chevron también ha demandado al Gobierno de Ecuador en un tribunal arbitral de La Haya, por supuesta interferencia en el juicio, por lo que ha solicitado que se adose la sentencia al Estado andino.
Ecuador, por su parte, asegura que dicho tribunal no es competente para seguir con el caso, al tratarse de un juicio entre privados, en el que no ha intervenido su Gobierno.
"Si no tienen sanción judicial (…) tendrán sanción moral, ojalá tengan sanción económica de los ciudadanos conscientes del planeta", que no deberían "comprar los productos de estos criminales de Chevron", dijo Correa.
La petrolera estadounidense habría dejado en la Amazonía ecuatoriana más de mil piscinas de desechos petroleros, dichos reservorios también filtran residuos tóxicos a acuíferos, ríos y cultivos de los habitantes de la zona, lo que ha causado también efectos negativos en la salud, sobre todo casos de cáncer.