"Lo que tenemos ante nosotros es una falta de respeto a la soberanía de nuestro país", denunció la mandataria brasileña, que hizo un llamamiento a impedir "que se desarrollen acciones ilegales en nuestro país que violan los derechos de los ciudadanos".
Rousseff subrayó que "las tecnologías no pueden convertirse en un nuevo campo de batalla entre estados" y anunció que su país "hará una propuesta para proteger los datos que viajan por internet".
A finales de septiembre la presidenta Rousseff canceló su visita a EE.UU. prevista para el próximo 23 de octubre debido a las denuncias que apuntaban a que EE.UU. había espiado sus comunicaciones y las de la petrolera Petrobras.
Después de que trascendiera el alcance del espionaje, Dilma Rousseff instó a su Gobierno a votar de inmediato un proyecto de ley que obligue a las empresas extranjeras a almacenar los datos sobre sus clientes brasileños en los servidores nacionales, y suspendió además la compra de cazas estadounidenses.