El trabajo de la mayoría de los 'vigilantes de Internet', a los que emplea tanto el Gobierno como empresas privadas, consiste en realizar búsquedas con palabras clave de los millones de mensajes publicados a diario en las redes sociales del país con el objetivo de detectar opiniones negativas sobre el Gobierno en general y críticas a algunos políticos en particular.
La función de los vigilantes es solo encontrar los mensajes, no borrarlos, señalan los medios. Hacerlo, sostienen, no tendría sentido, puesto que en China, un país con más de 500 millones de internautas, los mensajes eliminados vuelven a aparecer.
Esta cifra es el primer detalle revelado sobre el funcionamiento de este tipo de servicios, que, naturalmente, se mantiene en secreto.
En los últimos meses las autoridades aumentaron la ya de por sí estricta censura en las redes sociales locales; cientos de personas han sido detenidas por difundir "rumores" en Internet. Las autoridades también advirtieron a los blogueros más populares que eviten realizar comentarios negativos sobre el Gobierno. La Corte Suprema del país ha dicho que los internautas pueden ser encarcelados hasta tres años si sus comentarios "difamatorios" reciben más de 5.000 visitas u otras personas los republican más de 500 veces.