Más de 30.000 personas en seis prefecturas de Japón recibieron la recomendación de que evacuaran la zona, según Itar-Tass, que cita a la televisión nipona.
17 personas se encuentran desaparecidas.
El fuerte viento causó interrupciones en las líneas de energía, dejando sin energía a más de 40.000 hogares.
Además, interrumpió la circulación del transporte ferroviario.
En los aeropuertos del país han sido cancelados al menos 518 vuelos.
En la residencia del primer ministro de Japón en Tokio se ha establecido una sede de emergencia para recoger información sobre las consecuencias del tifón.
El servicio meteorológico de Japón advirtió de los peligros de inundaciones y deslizamientos de tierra en zonas montañosas e instó a los residentes en el sur del país no salir a menos que sea absolutamente necesario.
Actualmente la velocidad del viento en el epicentro del tifón es de 35 metros por segundo, con las ráfagas de más de 65 metros por segundo.
Ahora Wipha se encuentra al este de la principal isla japonesa, Honshu, cerca de la costa de la prefectura de Fukushima y se mueve hacia el noreste.
Los empleados de la planta Fukushima-1 tuvieron que verter aproximadamente 40 toneladas de agua de lluvia acumulada de los tanques especiales.
La operadora TEPCO subrayó que el nivel de radiación en esta agua no superaba la norma.
Anteriormente los expertos advirtieron que el tifón, descrito como "el más fuerte en los últimos 10 años", podría afectar a la accidentada planta.