El acuerdo ascendería a centenares de millones de dólares. Incluiría tanto los misiles portátiles como los complejos autopropulsados, que combinan cañones y misiles antiaéreos. De estos el Gobierno de Brasil contempla adquirir tres baterías, lo que supone de 12 a 18 vehículos con distintas listas de equipo.
Brasil querría emplear ambos sistemas de armamento para proteger de las eventuales amenazas terroristas provenientes desde el aire, ya en 2014, los 12 estadios en los que se desarrollará el Mundial de fútbol. Pero los 8 meses que quedan para el inicio de este evento deportivo, según explica el periódico ruso 'Nezavísimaya', presentan un plazo muy ajustado para ensamblar, transportar todo el equipo necesario y entrenar al personal brasileño para su uso.
A su vez, el sistema defensivo 9K38 Iglá es bastante familiar para los militares de Brasil, ya que los primeros 112 aparatos de esta modificación fueron adquiridos por el país hace 20 años, la mayor parte de los cuales están en servicio.
Una delegación del Ministerio de Defensa ruso presidida por el titular, Serguéi Shoigu, se encuentra en Brasilia para determinar las condiciones del nuevo suministro. Las partes todavía no han hecho ninguna declaración sobre los resultados de la conversación y el precio acordado.