Justo después, el avión logró salir por sí solo de la barrena, siguió volando unos cuantos kilómetros, y aterrizó en un campo de trigo nevado en Montana, EE.UU., sin apenas desperfectos, quizá debido al cambio en su centro de gravedad y a la disminución de su peso, de acuerdo con los expertos.
Tras ser encontrado y reparado, el caza F-106A fue puesto de nuevo en servicio. El propio mayor Foust volvió a realizar entrenamientos con dicho avión poco después.
El aparato fue curiosamente bautizado como 'The Cornfield Bomber '(El bombardero del campo de maíz) a pesar de que la aeronave ni es un bombardero "ni aterrizó en un campo de maíz, sino de trigo", relata el piloto.
Según Foust, a día de hoy, aún no se explica cómo el avión logró recuperar el control por sí solo y aterrizar en un estado casi perfecto. El aparato se exhibe ahora en el Museo Nacional de la Fuerza Aérea de EE.UU.