EE. UU. declara "catástrofe nacional" el vertido de crudo
Estados Unidos enfrenta estos días una catástrofe ecológica que podría considerarse la peor de toda su historia. Luego de la explosión y derrumbe de la plataforma británica Deepwater Horizon, ocurrido el pasado 20 de abril en el Golfo de México, se dañó una tubería submarina que, según estimaciones, derrama 5.000 barriles o 795.000 litros de crudo diariamente. Una cantidad cinco veces mayor a la pronosticada en un principio.
La mancha de petróleo es del tamaño de Jamaica y se encontraba a unos 32 kilómetros al este de la desembocadura del río Mississippi, pero a causa de los fuertes vientos llegó a las costas de Luisiana, donde ya fue declarado el estado de emergencia.
El presidente del país, Barack Obama, aseguró que su gobierno “movilizará todos los recursos” para enfrentar el problema. "Mientras la empresa British Petroleum (BP) es la responsable final de financiar los gastos de las operaciones de respuesta y limpieza en la zona, el gobierno continuará usando todos los recursos disponibles, incluyendo el Departamento de Defensa, para abordar el incidente", dijo el mandatario.
Poco antes, Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interior, afirmó que se trata de un desastre de “importancia nacional”. Dependiendo del rumbo de los vientos, la marea negra podría llegar a los estados de Texas, Missouri, Alabama y Florida.
BP, la Guardia Costera y el Ejército norteamericano están realizando trabajos de contención y limpieza del derrame petrolero, mientras que el Departamento del Interior ordenó la excavación de un pozo en el lugar de la catástrofe para facilitar la extracción del crudo y evitar que continúe saliendo incontrolablemente. Sin embargo la construcción podría tardar hasta 90 días.
Negras consecuencias
Tras el accidente desaparecieron 14 trabajadores y se presume que están muertos. Se estima que la marea negra podría afectar a cientos de especies de flora y fauna.
Los primeros indicios muestran que el accidente podría ser el más dañino desde 1989, año en que el barco petrolero Exxon Veldez derramó 41 millones de litros cerca de las costas de Alaska. La catástrofe del Exxon provocó el cese de la extracción de petróleo y gas frente a las costas del Pacífico y del Atlántico, hecho que Obama pretende modificar.
No obstante, Napolitano consideró “prematuro” comparar la situación actual con aquella del buque Exxon Valdez. Los expertos calculan que antes de que consigan cerrar el pozo de Deepwater Horizon, podrían liberarse alrededor de 17 millones de litros de crudo.