"Con un cierto escenario en un Oriente Medio inestable, Al Qaeda puede activarse", dice el informe 'El terrorismo yihadista: Una evaluación de la amenaza', preparado en el marco del Proyecto de Seguridad Nacional del Centro de Política Bipartidista. "En un cierto sentido se puede decir que el futuro de Al Qaeda depende de Siria, donde consigue mucho éxito", afirmó uno de los autores del informe, Peter Bergen.
Hace dos años la situación era diferente. Incluso antes de su muerte en 2011 Osama bin Laden, el lider principal de Al Qaeda, escondido cerca de la frontera afgana en la región paquistaní de Waziristán del Norte, estaba relativamente controlado, presionado por los ataques con aviones no tripulados, y solo con grandes dificultades capaz de comunicarse con el resto de la red. Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP) estaba siendo golpeada por los ataques con aviones no tripulados y acosada por las tropas yemeníes. El Shabab se encontraba bajo una presión similar en Somalia.
Incluso si no logran más avances en Siria con el territorio que ahora ocupan, podrían terminar por controlar una vasta área, como en Irak
Todos estos logros están ahora en cuestión, afirma el diario 'The Economist', que denuncia que "Al Shabab está reclutando a más combatientes extranjeros que nunca (algunos de los cuales parecen haber estado involucrados en el ataque contra el Westgate en Nairobi). AQAP fue responsable del pánico que provocó el cierre de 19 embajadas de Estados Unidos en la región y una alerta global de viajes a principios de agosto. Mientras tanto, el núcleo de Al Qaeda, anticipando la retirada de las tropas occidentales de Afganistán después de 2014, se recupera para desencadenar una nueva ola de violencia en el país".
Por encima de todo la primavera árabe ha dado a Al Qaeda y sus aliados unas posibilidades sin precedentes. El golpe de Estado contra un Gobierno elegido islámico supuestamente moderado en Egipto ha ayudado a restaurar el poder ideológico de Al Qaeda. Las armas han inundad Libia y toda la región, y la guerra civil en Siria ha revivido uno de los vástagos más violentos y rebeldes de la red, Al Qaeda en Irak, que ahora se bautizó pomposamente como el Estado Islámico de Irak y el Levante.
La lucha para derrocar el régimen de Al Assad ha actuado como un imán para miles de yihadistas de todo el mundo musulmán y de las comunidades musulmanas en Europa y América del Norte. El Ejército Libre de Siria una vez en gran medida moderado y secular, va desplazándose progresivamente por los grupos yihadistas mejor organizados y mejor financiados que tienen vínculos directos con Al Qaeda. "La inteligencia occidental estima que estos grupos representan ahora un 80% de la fuerza rebelde. Incluso si no logran avanzar más, con el territorio que ahora ocupan en el norte y este del país podrían terminar por controlar una vasta área, como en Irak, donde Al Qaeda asesina hasta 1.000 civiles al mes. Esa es una perspectiva aterradora", denuncia 'The Economist'.
Según el científico y experto en Oriente Medio Stanislav Ivanov, esta perspectiva es incluso peor de lo que esboza el diario occidental. "La geografía de los ataques terroristas va en aumento cada año, cada vez con más frecuencia pasan en Europa, EE.UU. y países de la CEI. El número total de actos terroristas y sus víctimas en el mundo es cada vez mayor", denuncia Ivanov, subrayando que "hoy ningún país puede garantizar a sus ciudadanos que se evite la amenaza de nuevos ataques terroristas a gran escala". "Muchos políticos y expertos no discuten la posibilidad de que los terroristas tengan acceso a armas de destrucción masiva o a la llamada tecnología de doble uso, sino que discuten los plazos en los que puede ocurrir esto", dice.