El empresario, que donó unos 100 millones de dólares a los republicanos para la campaña electoral de 2012, aprovechó un foro celebrado el pasado 22 de octubre en la universidad de Yeshiva (Nueva York) para comentar las negociaciones con Teherán acerca de su polémico programa nuclear. Según Adelson, la fuerza es la única vía posible.
"¿De qué vamos a negociar? Lo que les diría es: 'Miren, ¿ven ese desierto de allí, pues quiero enseñarles algo'. Entonces, coges el teléfono, llamas a alguien en un lugar en Nebraska y le dices: 'De acuerdo, adelante'. Y ahí va una bomba atómica, misiles balísticos, en el medio del desierto, donde no hieren a un alma. Quizá un par de serpientes de cascabel o escorpiones. Y, entonces, les dices: '¿Ven? El siguiente va a ir al centro de Teherán. Estamos hablando en serio. ¿Quieren ser borrados del mapa? Sigan adelante y pónganse duros con su proyecto nuclear'. ¿Quieren vivir en paz? Pues que abandonen y les garantizamos que pueden tener una planta nuclear eléctrica, energética", dijo Adelson.
El comentario del magnate llega en un momento especialmente delicado, en vísperas de la próxima ronda de negociaciones entre Teherán y el sexteto de mediadores que se celebrará en Ginebra el 7 y el 8 de noviembre. Es el segundo encuentro internacional que tendrá lugar después de la llegada al poder del nuevo presidente iraní, Hasán Rohaní. El encuentro estará dedicado a discutir el plan presentado durante la primera ronda de las negociaciones, en octubre. Los detalles del plan nunca se han hecho públicos, pero se filtra que Teherán está dispuesto a limitar el número y los tipos de centrifugadoras que emplea, mientras que EE.UU. se muestra a favor de descongelar los activos de Teherán en el extranjero.