De conformidad con el acuerdo bilateral de misiles antibalísticos firmado en el 2011, la instalación del 'componente rumano' del Sistema de Defensa de Estados Unidos contra Misiles Balísticos en Europa prevé el despliegue en Rumania para 2015 del sistema multifuncional antiaéreo Aegis equipado con los misiles interceptores Standard Missile 3 (SM-3) y sus modificaciones.
Al mismo tiempo, Washington se niega a proporcionar garantías jurídicamente vinculantes, como le pide Moscú, de que los misiles de la Alianza Atlántica, como el Block 1B o los modelos modificados 'Standard Missile', no irán dirigidos contra las fuerzas nucleares estratégicas de Rusia, mermando de esa forma su capacidad de disuasión.
El analista internacional Juan Luis González Pérez cree que el sistema ya no cumple con los objetivos que le fueron asignados. "Está demostrado que es una amenaza contra Rusia", explica el experto, agregando que pese a las manifestaciones de la OTAN, el escudo antimisiles puede ser utilizado como una arma ofensiva, eliminando la capacidad defensiva del enemigo.
Asimismo, la realización de este programa puede dañar gravemente las relaciones bilaterales entre Rusia y Europa, arrastrando de nuevo al mundo a una confrontación como la de la Guerra Fría, concluye el experto.
El plan de despliegue del sistema de defensa antimisiles de la OTAN, aprobado en la cumbre de la OTAN en Lisboa de 2010, contemplaba su instalación en cuatro etapas hasta el año 2020. El alojamiento de elementos del escudo antimisiles, como radares o bases de lanzamiento, involucraba a Turquía, Rumanía y Polonia, y contemplaba el uso de la base militar de Rota (España) para albergar el componente naval del sistema antimisil.