"El número de aviones de guerra se duplicará", aseguró Víktor Sevostyanov, jefe del Segundo Comando de la Fuerza Aérea, después de llegar a Kant para las celebraciones del 10 º aniversario de la base. "La expansión de la base se llevará a cabo en diciembre", subrayó, y agregó que también se enviarán más pilotos a Kirguizistán.
Kant, la única base militar de Rusia en Asia Central, en la actualidad alberga 10 cazas Sujói, dos helicópteros Mi-8 y una docena de otros medios de transporte y aviones de entrenamiento. "A pesar de ser muy joven", la base de Kirguistán es plenamente capaz de hacer frente a las tareas planteadas, dijo Sevostyanov.
La base de Kant es vista como una herramienta vital para aumentar la influencia rusa en la región después de que el contrato de arrendamiento de EE.UU. en su base de Manas expire en julio de 2014.
A pesar de los desacuerdos anteriores, Moscú y Bishkek firmaron un acuerdo en septiembre que prolongaba la estancia rusa en Kant hasta 2032. El Kremlin acordó amortizar casi la mitad de los mil millones de dólares en deuda de Kirguistán a cambio del contrato.
La base aérea, situada a 20 kilómetros de la capital Bishkek, tiene un contingente de 250 oficiales y 150 soldados rusos.
Después de la retirada de las tropas de la OTAN de Afganistán en 2014, la base va a formar parte de una fuerza aérea colectiva creada en el marco de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), una alianza militar intergubernamental entre Rusia, Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán.
Mientras tanto, EE.UU. tiene la intención de retirar sus operaciones de vuelos del aeropuerto de Manas (cerca de Bishkek) y usarán una base aérea alternativa en Rumanía como punto de tránsito para las tropas salientes de Afganistán.