Teherán tiene entre 12 y 15 millones de habitantes y se localiza en una zona de alta actividad sísmica. Ambos factores provocan discusiones sobre el traslado de la capital desde hace, al menos, una década.
El factor clave
Aparte de estos factores, cuando se trata de un traslado de capital siempre existe un potente factor geopolítico, señala el politólogo ruso Haik Borísov en declaraciones a la agencia RIA Novosti. En el caso de Irán este factor podría ser el prevalente, opina.Entre los lugares que pueden ser elegidos como la nueva capital se menciona a Tabriz como favorita, aunque esta ciudad de unos 2 millones de habitantes nunca ha estado en el centro de la historia iraní. Nombrando a esta norteña ciudad como nueva capital, las autoridades podrían aumentar la influencia iraní en esta zona, señala Borísov.
El problema es que en el norte de Irán la mayoría de la población es turca azerí y desde hace años han venido creciendo en la zona ánimos separatistas.
"Emplazando en la ciudad los poderes administrativos y militares, las autoridades reforzarían el factor iraní en la provincia. Además, la nueva capital estará cerca de las fronteras de países amistosos como Rusia y Armenia, y se alejará del golfo Pérsico donde hacen guardia portaaviones de EE.UU.", sostiene el experto.