El portal de la Fundación rusa de la Cultura Estratégica publicó una lista de las lecciones geopolíticas que ofrecen al mundo las revelaciones del extécnico de la CIA sobre el espionaje de las agencias de inteligencia estadounidenses.
La primera y principal lección geopolítica de Snowden, según indica el analista Dmitri Minin, es que EE.UU. realiza constantemente un control tanto abierto como encubierto del ciberespacio mundial con el fin de mantener su liderazgo y al mismo tiempo de aprovechar los beneficios de las relaciones internacionales.
Minin señala que no se trata solo de recoger información confidencial sobre el resto de la humanidad a una escala sin precedentes, sino también del desarrollo de su capacidad de causar, a través del ciberespacio, daños materiales y militares a un enemigo potencial.
La NSA elaboró en secreto métodos que permiten eludir los principales tipos de encriptación de información en Internet que se utilizan para proteger una gran variedad de datos, desde correos electrónicos a transacciones financieras.
Como parte de un programa secreto, la NSA, en colaboración con el Centro de Comunicaciones del Gobierno británico (GCHQ, por sus siglas en inglés), logró acceder a los protocolos de seguridad de la información más conocidos y supuestamente más fiables del mundo, entre ellos el protocolo SSL. El 'hackeo' de la protección criptográfica se realizó en el marco del programa de alto secreto BullRun. Actualmente, la NSA es capaz de interceptar el 75% de todo el tráfico de Internet en EE.UU., a través de cuyo territorio pasa la mayor parte del tráfico internacional.
Segunda lección. EE.UU. controla el ciberespacio con el apoyo de determinados países anglosajones vinculados con el país norteamericano cultural e históricamente: el Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Según Minin, el grado de participación de este grupo en las operaciones conjuntas de control cibernético global supera considerablemente al que tiene en los programas similares de cooperación entre Washington y sus otros aliados. Además, el intercambio de información entre los países anglosajones es más completo. Esta alianza informal se aprovecha, con fines geopolíticos entre otros, de la supremacía absoluta de las comunicaciones internacionales en el idioma inglés.
Snowden reveló que otros países aliados de EE.UU., como Dinamarca, Holanda, Francia, Alemania, España e Italia, también tienen acuerdos con Washington para proporcionar datos de sus líneas de comunicación a los estadounidenses. Sin embargo, el Reino Unido , Canadá, Australia y Nueva Zelanda gozan del nivel más alto de confianza.
Tercera lección. Las relaciones amistosas con Washington no garantizan a otros Estados que estén protegidos ante la violación de su soberanía sobre la información por parte de EE.UU. Con el control del ciberespacio los estadounidenses buscan principalmente lograr un objetivo estratégico tradicional que consiste en obtener el dominio geopolítico sobre los "grandes espacios", publica el portal.
Los documentos presentados por Snowden demuestran que la NSA vigiló tanto a las autoridades de la Unión Europea como a las de los países no pertenecientes a la UE, incluidos sus aliados cercanos no anglosajones, como Japón, México, Corea del Sur y Turquía.
La mayoría de los 35 líderes mundiales, cuyas llamadas telefónicas fueron espiadas por la NSA son aliados del país norteamericano. Entre ellos figura el presidente francés, François Hollande, que siempre ha mostrado un grado elevado de solidaridad frente a Washington, y la canciller alemana, Angela Merkel, que fue sometida a escuchas durante años.
Cuarta lección. La vigilancia más persistente por parte de la NSA se realiza contra las principales potencias emergentes del mundo como China, India, Brasil y México. El portal destaca que Washington considera a estos países como Estados 'que cambian de juego' ('game changers'), capaces de tener un impacto significativo en el equilibrio del poder existente en el mundo.
La intrusión cibernética de la NSA en estos países alcanzó una escala tan grande que la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, llegó a cancelar su visita oficial a EE.UU. y Canadá y a exigirles explicaciones en relación con el espionaje contra el país sudamericano. Un escándalo similar está a punto de estallar en México. China e India, por su parte, anunciaron el desarrollo de programas nacionales a gran escala de contramedidas cibernéticas.
Quinta lección. Rusia sigue siendo objetivo prioritario de las operaciones del ciberespionaje estadounidense. En contraste con las declaraciones públicas, en los documentos secretos de la NSA Moscú se considera un "socio condicional" contra el que se permite poner en práctica medidas extremas.
Asimismo, según un mapa entregado por Edward Snowden al diario británico 'The Guardian' que marca toda la red del espionaje extranjero de la NSA con el uso del sistema de vigilancia XKeyscore, uno de los servidores de XKeyscore más grandes se encuentra en la embajada de EE.UU. en Moscú.
Sexta lección. Las principales organizaciones internacionales, entre ellas la ONU y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), son consideradas por EE.UU. como adversarios en la lucha global por el control del planeta, y por lo tanto, también son objeto de su permanente vigilancia, opina el analista Minin.
La NSA mantiene bajo un control total todo lo que sucede en la ONU, obteniendo así importantes beneficios para la diplomacia estadounidense. En las Naciones Unidas, así como en el OIEA y otra serie instituciones internacionales, siempre trabaja un grupo de especialistas de la agencia bajo cobertura diplomática que recopilan y transmiten datos importantes directamente a Washington.
Séptima lección. El control del ciberespacio implementado por EE.UU. no solo tiene el objetivo de recopilar información, sino también de poner en práctica acciones masivas dirigidas a generar un impacto psicológico a una escala sin precedentes y un control de la conducta de los usuarios de la Red global.
El portal concluye que es lógico que con el fin de proteger la seguridad nacional, los estadounidenses actúen del mismo modo que lo han hecho otras potencias de todo el mundo durante siglos. Sin embargo, en sus operaciones EE.UU. superó todos los límites imaginables y creó un 'monstruo' que actualmente trata de controlar todo lo que sucede en el planeta.