La presidenta del país, Dilma Rousseff, instó a los legisladores a votar a favor de la iniciativa esta misma semana. La impulsó en un intento de proteger la privacidad de los usuarios, incluidas las propias instituciones gubernamentales, en medio del escándalo de la vigilancia generalizada por parte de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense.
La nueva legislación puede impactar los intereses de Google, Facebook, Twitter y otras compañías no residentes que están presentes en el mayor mercado de telecomunicaciones de América Latina. Según lo estipula el borrador citado por la agencia Reuters, se busca inducir que tanto estas multinacionales, como las empresas residentes, instalen y usen los centros de almacenamiento, administración e intercambio de datos en territorio brasileño.
Algunos de los interesados ya expresaron su preocupación por un posible incremento en los costos de los servicios u otras consecuencias económicas de la medida que dependen del flujo de datos. Los legisladores brasileños ya recibieron una carta con críticas a la iniciativa gubernamental firmada por altos ejecutivos de Microsoft, Facebook, Google y eBay.
"No estamos regulando la forma en que fluye la información, simplemente exigimos que los datos sobre los brasileños sean almacenados en Brasil para que estén sujetos a la jurisdicción de los tribunales brasileños", objetó el portavoz de Rousseff, Thomas Traumann. "Esto no tiene nada que ver con las comunicaciones mundiales".
Mientras tanto, varias compañías del sector de telecomunicaciones de los países del grupo BRICS están desarrollando el proyecto de un Internet nuevo. A través de un 'cable BRICS' comunicaría de una manera independiente a los cinco países, evitando sus cruces con los cables de la NSA, que ofrecen a la agencia oportunidades ilimitadas para el espionaje.