"La renuncia de Japón al pacifismo es una amenaza en el Pacífico"

La posible revisión de la Constitución pacifista de Japón, anunciada por el primer ministro japonés, Shinzo Abe, esta semana, es una medida acordada con EE.UU. y supone una escalada de tensión en la región del Pacífico.
La cláusula 9 de la ley fundamental del país asiático declara la renuncia por parte el Estado a la guerra como método de resolver disputas internacionales y prohíbe a las Fuerzas de Autodefensa de Japón actuar fuera del territorio nipón y utilizar armas ofensivas. 
Dado que Washington no ha expresado ninguna preocupación por los planes de Japón de modificar su Constitución, esto significa que la medida ya ha sido acordada
Japón es un socio estratégico militar de Estados Unidos en la región. Pero si previamente Washington consideraba a las fuerzas aliadas en la zona como apoyo de su poderío, actualmente el balance de fuerzas está cambiando y el país norteamericano gradualmente está perdiendo su supremacía militar, lo que le obliga a otorgarle a su aliado más autonomía en este campo, según explicó el analista político Alexánder Gorbenko.

"Dado que Washington no ha expresado ninguna preocupación por los planes de Japón de modificar su Constitución, esto significa que la medida ya ha sido acordada", según opina el experto en el portal ruso Odnako.

Además EE.UU. planea otorgarle en 2015 la independencia militar a Corea del Sur, con la que comparte un mando conjunto. 

Mientras tanto las diferencias regionales se están agudizando, en gran parte de manera artificial.

Los ejercicios militares que EE.UU., Corea del Sur y Japón realizan en la región provocan la ira de la comunista Corea del Norte.

Las maniobras de abril pasado provocaron la movilización de misiles balísticos por parte de Pyongyang. Asimismo las disputas territoriales de Japón con sus vecinos se han agravado recientemente. Al menos en dos de ellas se puede considerar la posibilidad de que se llegue a una confrontación militar. 

Una es la disputa con China sobre la soberanía de las islas Senkaku (Diaoyu en chino) en el mar de China Oriental.
 
La renuncia jurídica al pacifismo japonés sería uno de los factores clave susceptibles de afectar a la situación en la región, que conserva reminiscencias de las 'delicias' del dominio imperial japonés
La otra se desarrolla en las aguas del mar de Japón y afecta a las islas Dokdo (Takeshima para Japón), reclamadas por Tokio. Y mientras Japón declara que necesita revisar la Constitución para mantener el estatus quo en la región, resulta que sus propias acciones son responsables en gran parte del deterioro de la situación allí, resalta Gorbenko. 

"Por ejemplo, la disputa sobre las Senkaku se mantenía congelada hasta que el Gobierno japonés decidió arrendar y después comprar las islas a particulares, provocando una nueva escalada de tensión con Pekín", dijo. 

Corea del Sur ha mantenido el control sobre las islas Dokdo desde el fin de la ocupación japonesa de los años 1910-1945. La disputa no existía antes de 2008, cuando Japón empezó a insistir en su soberanía sobre las islas. 

La Constitución nipona entró en vigor en 1947 y no ha sido modificada desde entonces. La carta magna estableció el nuevo estatus del país, que perdió sus colonias en la mayor parte de Asia Suroriental en la Segunda Guerra Mundial. 

"La renuncia jurídica al pacifismo japonés sería uno de los factores clave susceptibles de afectar a la situación en la región, que conserva reminiscencias de las 'delicias' del dominio imperial japonés", subraya el autor.