"El asesinato de Hakimulá es el asesinato de todos los esfuerzos por la paz. Paso a paso, durante las últimas siete semanas tratamos de desarrollar un proceso de paz en Pakistán y ¿qué han hecho ustedes?", se dirigió a EE.UU. el ministro del Interior pakistaní, Chaudhry Nisar Ali Khan.
Los conflictos y las guerras son sinónimos de sustanciosas ganancias
Es solo el último ejemplo de la táctica de Washington para socavar planes de paz, según Neil Clark. El periodista dice que en varias ocasiones durante las últimas tres décadas EE.UU. ha recurrido a esta estrategia y, como resultado, "logró arruinar" esfuerzos de paz y "utilizar su poder para prolongar conflictos que podrían haberse evitado o podrían haber acabado sin más derramamiento de sangre".
Entre ellos, el bombardeo de Yugoslavia, la guerra en Afganistán, el bombardeo aéreo de Pakistán y la actual prolongada crisis armada en Siria, por no hablar de la destrucción violenta de Irak y Libia, recuerda el periodista.
Clark trató de dar respuesta a la pregunta: ¿Por qué EE.UU. actúa de esta manera destructiva? "Es importante darse cuenta de que el Gobierno de EE.UU. no actúa en interés de los ciudadanos estadounidenses de a pie, que están cansados de guerras e 'intervenciones' militares, sino que actúa según los intereses de Wall Street y de lo que el presidente Eisenhower denominó 'el complejo militar-industrial'", opina el periodista.
"Lo último que quieren Wall Street y el complejo militar-industrial es la paz, ya que crecen con las guerras y los conflictos, pues las guerras y los conflictos son sinónimos de ganancias. De abundantes, pingües y sustanciosas ganancias", concluye Clark.