"EE.UU. y sus aliados han destruido Irak"

Irak sigue sufriendo la invasión de EE.UU. porque el aparato de opresión de Estado y el terror continúan matando gente, aunque pocos parecen darse cuenta de la magnitud de crímenes de guerra cometidos, opina el autor expertos Nicolas J.S. Davies.
En una entrevista exclusiva con RT, Nicolas J.S. Davies —autor del libro 'Sangre en nuestras manos: la invasión estadounidense y la destrucción de Irak'— dijo que el mundo debe aprender lecciones de la invasión de Estados Unidos, sobre todo en lo que se refiere al respeto del derecho internacional y a la inutilidad del uso de la fuerza militar.

Los objetivos cuestionables de Estados Unidos en Irak


A la pregunta de si EE.UU. ha logrado alguno de los objetivos que tenía antes de la invasión en 2003, Nicolas J.S. Davies afirma que eso depende de cómo definamos estas metas. "Si la intención era invadir un país extranjero y destruir su Gobierno y su sociedad, entonces sí lo hizo", opina, para agregar a renglón seguido que "si hablamos de la promesa de las autoridades estadounidenses de reemplazar aquel régimen y dar algo mejor a la sociedad, entonces, evidentemente, no, no  lo hicieron".



El autor cuenta que un amigo estuvo en Irak hace unos meses y que encontró a muy poca gente que dijera que su vida es mejor ahora que bajo el régimen de Saddam Hussein. "Y eso no significa que quiera decir algo bueno sobre Saddam Hussein: eso significa que Estados Unidos y sus aliados han destruido Irak", explica.
 
A juicio del escritor, la invasión no fue simplemente "una especie de error", sino "un delito grave, un delito de agresión conforme a la Carta de la ONU, como reconoció [el entonces Secretario General] Kofi Annan".

EE.UU. ha violado la Carta de la ONU en los últimos 12 años 


Nicolas J.S. Davies sostiene que la renuncia a la agresión y a la guerra es algo expresado en la Carta de las Naciones Unidas, frente a lo que hemos visto en todos los actos de agresión que EE.UU. de los últimos 10-12 años. "Ninguno de ellos ha conseguido reducir el terrorismo, establecer una mejor forma de gobierno, o hacer que todos se sientan seguros", opina.

 

 
A juicio del escritor el uso de la fuerza militar no puede lograr ningún objetivo constructivo, como afirman los líderes estadounidenses. "Desde la Segunda Guerra Mundial, todas las intervenciones militares de EE.UU. en todas partes del mundo han sido un completo desastre", subraya.

EE.UU. nunca respondió por crímenes de guerra


El escritor recuerda que EE.UU. nunca ha respondido por los crímenes de guerra cometidos y pone como ejemplo al presidente Nixon, que prometió 3.300  millones de dólares en reparaciones a Vietnam, pero que no pagó un solo centavo. Y lo mismo pasa con Irak, agrega. 
 
"La administración Obama no sólo ha fracasado en hacer que los funcionarios de la anterior administración respondan por sus acciones, sino que además ha seguido cometiendo muchos de estos crímenes", destaca. Y añade: "La agresión es una agresión, bien si se trate de una invasión a gran escala o simplemente de usar aviones no tripulados para sobrevolar un país extranjero y hacer volar sus casas".

Los estadounidenses no conocen los horrores que padece Irak

 
Según Nicolas J.S. Davies, debido a que los medios estadounidenses nunca han cubierto la increíble tragedia humana en Irak en estos términos, muchos estadounidenses simplemente no son conscientes de lo que está pasando en realidad. "Podría ser una sorpresa para muchos", supone.

 
 
El escritor destaca que la ONG 'Iraq Body Count' (‘Registro de víctimas mortales en Irak’) siempre habla de 100.000 a 200.000 iraquíes muertos, pero —agrega— se trata de la notificación pasiva. "Estudios epidemiológicos reales en Irak dicen que en realidad se habla entre 400.000 y más de 1 millón de iraquíes muertos", subraya.

Les Roberts, que fue pionero en la epidemiología en las zonas de guerra en Ruanda y la República Democrática del Congo, participó también en uno de los estudios epidemiológicos en Irak —cuenta el escritor—, y encontró que en la cobertura de los hechos en Irak se emplea el mismo patrón de siempre, que es el informe pasivo de las muertes en una zona de guerra en general: reflejar entre el 5% y 20% de las muertes reales que revelan estudios más detallados.