En septiembre del 2011, el Gobierno israelí aprobó un plan de desarrollo económico para cinco años llamado 'Plan Prawer'. Un proyecto que prevé la reubicación de 40.000-70.000 beduinos, la demolición de unas 40 aldeas de esta tribu, y la confiscación de cerca de 200.000 hectáreas de terreno en el desierto del Néguev (al sur de Israel), de acuerdo con la agencia de noticias palestina Ma'an News Agency.
El acto de protesta se llevará a cabo simultáneamente en el desierto del Néguev y en las ciudades de Haifa, Ramala y Gaza, así como en varios puntos del mundo (que aún no han trascendido), y será llamado el 'Día Internacional del Néguev'.
Diversas organizaciones de jóvenes anunciaron la protesta coordinada a nivel global el pasado domingo, el mismo día en que funcionarios del Gobierno israelí se reunieron en el desierto del Néguev para discutir los planes de construcción de cuatro barrios israelíes en el lugar donde está situada la aldea beduina de Umm al Hiran, la cual será probablemente destruida a tal efecto, según denuncian los expertos.
"No permitiremos que se lleve a cabo el [plan] Prawer", recoge el comunicado, al tiempo que califica dicho proyecto de "plan criminal". "Nadie va a vivir tranquila y cómodamente mientras una sola familia en el Néguev se enfrente a la amenaza de ser desplazada. Nadie en este país va a disfrutar de libertad y dignidad, si nosotros, los palestinos, especialmente en el Néguev, no vivimos con dignidad en nuestra tierra", añade el documento.
De acuerdo con la Asociación por los Derechos Civiles de Israel, el plan destruirá el tejido comunitario y social de decenas de miles de beduinos, condenándolos a un futuro de pobreza y desempleo.