El virus fue detectado en la muestra tomada de la garganta de una joven de 20 años que padecía dificultades para respirar y síntomas de influenza en mayo pasado.
Al analizar la muestra los médicos descubrieron una mutación de la cepa de la gripe H6N1 (que se detectó por primera vez en pollos de la isla en 1970), lo que le permite adherirse a las células humanas y contagiarse.
En este caso concreto el virus se introdujo a través de las vías respiratorias.
La joven, que trabaja en una tienda de comestibles, no tuvo contacto directo con carne cruda ni con pollos y se ha recuperado sin contratiempos.
Los investigadores de los centros de control sobre enfermedades taiwaneses examinaron a 36 personas con las que estuvo en contacto la mujer.
Solo seis de ellas tuvieron fiebre y padecieron síntomas respiratorios similares a los de la mujer. No obstante, no se descubrió el virus en ninguna.
La mutación del subtipo de la gripe aviar H7N9 ha infectado a más de 130 personas desde marzo pasado, de las cuales 45 murieron.