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La producción de opio en Afganistán seguirá prosperando
Hasta que los Estados no aúnen sus esfuerzos para combatir el tráfico de drogas, la producción de heroína en Afganistán seguirá prosperando.
Y hasta que la comunidad internacional no dé a los campesinos afganos una alternativa decente a la amapola de opio, "el negocio lucrativo" del cultivo de opio continuará después de que las tropas estadounidenses abandonen el país en 2014. Es la opinión que dos funcionarios de la ONU, Jean-Luc Lemahieu, jefe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (ONUDC) en Afganistán, y Angela Me, jefe de estadística de la ONUDC, han compartido con RT.
El último informe de la ONU indica que en 2013 la superficie de las plantaciones de amapola de opio en Afganistán ha crecido un 36% y el volumen de la producción ha aumentado un 49%, hasta 5.500 toneladas.
"Una de las principales razones del aumento del cultivo de la adormidera en Afganistán es la incertidumbre que los agricultores y el país verán a partir de 2014", explicó Angela Me, y subrayó que "el cultivo de opio sigue siendo un negocio lucrativo" para los campesinos afganos, quienes "obtienen 4-5 veces más dinero de las plantaciones de opio que de cualquier otro cultivo legal".
Jean-Luc Lemahieu advirtió que no se debe "apuntar con el dedo" a los culpables de la situación actual. Según el experto, la paradoja es que las instituciones para la lucha antidroga en Afganistán están haciendo "progresos tangibles", pero no son suficientes y en general la adicción y las tasas de cultivo en el país van en aumento.
"Todo el mundo tiene un papel en esto", dijo Lemahieu, haciendo hincapié en que se trata de un problema para todo el mundo.
El último informe de la ONU indica que en 2013 la superficie de las plantaciones de amapola de opio en Afganistán ha crecido un 36% y el volumen de la producción ha aumentado un 49%, hasta 5.500 toneladas.
"Una de las principales razones del aumento del cultivo de la adormidera en Afganistán es la incertidumbre que los agricultores y el país verán a partir de 2014", explicó Angela Me, y subrayó que "el cultivo de opio sigue siendo un negocio lucrativo" para los campesinos afganos, quienes "obtienen 4-5 veces más dinero de las plantaciones de opio que de cualquier otro cultivo legal".
Jean-Luc Lemahieu advirtió que no se debe "apuntar con el dedo" a los culpables de la situación actual. Según el experto, la paradoja es que las instituciones para la lucha antidroga en Afganistán están haciendo "progresos tangibles", pero no son suficientes y en general la adicción y las tasas de cultivo en el país van en aumento.
"Todo el mundo tiene un papel en esto", dijo Lemahieu, haciendo hincapié en que se trata de un problema para todo el mundo.
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