Si bien la guerra siria es ya una de las mayores tragedias de los últimos tiempos y afecta a toda la población del pais, parece que los cristianos sufren más que otros en medio de la espiral de violencia.
Siria fue una de las primeras regiones donde Pablo de Tarso empezó a difundir el cristianismo, que siempre desempeñó un papel crucial en la vida cultural del país. Sin embargo, ahora el patrimonio cristiano sirio estña siendo devastado, con más de 60 monasterios e iglesias cristianos destruidos por los rebeldes islamistas radicales, según denuncia Haddad.
En septiembre de 2013 se registró un combate encarnizado en torno a Malula, un poblado antiguo que se considera un verdadero reducto del cristianismo, ya que sus habitantes siguen hablando el arameo, la lengua de Cristo. Si bien después de duras batallas los militares lograron desalojar a los rebeldes de Malula, las destrucciones sufridas por el poblado son muy graves.
Un mes más tarde, en octubre de 2013, los rebeldes profanaron catedrales y asesinaron a 40 personas en un pueblo cristiano de Saad.
Durante los ultimos días los barrios cristianos de Damasco, la capital del país, están siendo sacudidos por fuego de morteros y más de 50 granadas.
Pero a los daños sufridos por el patrimonio histórico se une el drama de la tragedia humanitaria. Según Haddad, muchos de los 70.000 cristianos que se han visto obligados a dejar sus casas, se han refugiado en otros países, donde reciben apoyo de comunidades cristianas de todas las confesiones. El embajador sirio en Rusia agradece en nombre de su pueblo la constante ayuda dispensada por la Iglesia Ortodoxa Rusa y la Sociedad Ortodoxa Imperial Palestina.