Según las estimaciones de los organizadores, unas 10.000 personas se congregaron hombro con hombro en el teatro y fuera de él, sosteniendo pancartas que decían "No nos quitarán nuestra libertad".
La aprobación de la ley, propuesta por el Gobierno del primer ministro Shinzo Abe, permitiría a las autoridades encarcelar a los funcionarios responsables de las fugas de información hasta por 10 años.
Esto amenazaría seriamente la libertad de prensa, ya que los medios de comunicación japoneses se enfrentarían a graves problemas para reunir información sobre temas candentes al ser reacios los empleados estatales a compartir datos por temor a la persecución.
La definición de lo que será designado como secreto no está clara, y los burócratas denominarán los secretos de manera muy arbitraria
Es por eso que un grupo de periodistas japoneses se reunieron en el distrito de Nagatacho, cerca del Parlamento del país, para protestar contra el proyecto de ley.
Actualmente, las penas de prisión de largo término para los denunciantes solo se aplican a los ciudadanos japoneses que filtran datos clasificados que provienen de militares de EE.UU.
"La definición de lo que será designado como secreto no está clara, y los burócratas denominarán los secretos de manera muy arbitraria", asegura el periodista Soichiro Tahara, en declaraciones a 'Japan Daily Press'.
Los periodistas que hacen parte de las protestas han presentado una denuncia ante la Oficina del Gabinete, solicitando que el proyecto de ley sea desechado.
La ley propuesta está concebida en términos tan amplios que permite una interpretación amplia que hasta podría ser utilizada para fines como, por ejemplo, ocultar información sobre la situación en la central nuclear de Fukushima.
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— 大木晴子(おおきせいこ) (@kuronekoroku) November 21, 2013
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— TokyoTom (@Tokyo_Tom) November 21, 2013