Las discusiones se mantuvieron en secreto, incluso las de los países aliados de Estados Unidos, como Israel, y de sus socios en las negociaciones. Estos diálogos podrían explicar, según AP, lo rápido que se pudo llegar a un acuerdo nuclear después de años de estancamiento y una feroz hostilidad entre Irán y Occidente.
Las conversaciones se desarrollaron en Omán y en otros lugares e implicaron a un estrecho círculo de personas. Desde marzo de este año y bajo la autorización del presidente de EE.UU., el subsecretario de Estado, William Burns, y Jake Sullivan, principal asesor de política exterior del vicepresidente estadounidense Joe Biden, se reunieron al menos cinco veces con funcionarios iraníes hasta hace dos meses.
El sexteto (Rusia, EE.UU., China, Francia, Reino Unido y Alemania) e Irán han alcanzado la madrugada de este domingo un acuerdo histórico en Ginebra sobre el programa nuclear de la República Islámica tras cuatro días de arduas conversaciones.
A pesar de que se han sentado las bases necesarias para garantizar un programa nuclear iraní con objetivos pacíficos, Israel sigue insistiendo en que Teherán planea desarrollar un programa militar.