El Partido Conservador, liderado por David Cameron, ganó las elecciones parlamentarias en Gran Bretaña, pero no consiguió obtener la mayoría absoluta. Así, los conservadores tendrán que pactar con laboristas y liberales demócratas para formar el gobierno.
El recuento oficial de los votos ha confirmado que no hay ninguna fuerza política con mayoría absoluta en el Parlamento, algo que no ocurría desde 1974. Aunque el Partido Laborista, liderado por el primer ministro británico Gordon Brown, recibió menos votos que sus principales competidores, el futuro gobierno del país está en sus manos. Por prerrogativa legal, Brown tiene el privilegio de ser el primero en intentar formar un nuevo Poder Ejecutivo mediante acuerdos con las otras formaciones.
Lo más probable es que los laboristas hagan coalición con los liberales demócratas, liderados por Nick Clegg, para impedir la llegada de los conservadores al poder. Los conservadores de Cameron, por su parte, tendrán también que buscar apoyos si quieren formar el nuevo Ejecutivo. Los expertos opinan que Cameron puede hacer coalición con los unionistas de Irlanda del Norte, pero éstos sólo han sacado ocho escaños, cifra insuficiente para los conservadores.
Cameron calificó la campaña electoral de “positiva y enérgica” e insistió en que los resultados indican que el país quiere un “nuevo liderazgo”. Clegg, por su parte, aseguró que “el resultado final de las elecciones todavía es impredecible” y añadió que “la gente ha votado, pero nadie parece haber ganado claramente”.
No hay un plazo establecido para las eventuales negociaciones que entablen las fuerzas políticas y el único límite es el 25 de mayo, día previsto para “el discurso de la Reina”, en el que la monarca expone ante el Parlamento el programa del nuevo gobierno.