Con este objetivo se estableció Penny Lane, unas instalaciones secretas a pocos cientos de metros de las oficinas administrativas de la prisión, informa el diario británico 'The Telegraph' citando a funcionarios estadounidenses retirados y en servicio.
Cuando los detenidos comenzaron a llegar a Guantánamo en 2002, la CIA reconoció una oportunidad sin precedentes de tratar de identificar a los líderes terroristas, por lo que prometió a los prisioneros libertad, seguridad para sus familias y millones de dólares procedentes de las cuentas secretas de la agencia.
Los candidatos eran trasladados desde los confines de la prisión hasta cómodas habitaciones en Penny Lane, diseñadas para que los reos se sintieran más en un hotel que en una celda, por lo que el centro también era conocido como el 'Marriott', y donde incluso se suministraba material pornográfico bajo petición.
Las fuentes indicaron al diario británico que decenas de prisioneros fueron evaluados, pero solo unos pocos cumplieron los requisitos de la CIA para el programa, que operó desde 2003 hasta 2006.
"Aunque la cifra de agentes dobles reclutados fue pequeña, el programa fue lo suficientemente significativo para atraer la atención del expresidente George W. Bush. Algunos de los que pasaron por Penny Lane ayudaron a la CIA a encontrar y eliminar a muchos insurgentes de Al Qaeda", indicaron las fuentes.