Chomsky echa por tierra la 'teoría de la conspiración' del 11-S

Aunque reconoce no saber exactamente cómo ni por qué las Torres Gemelas de Nueva York se derrumbaron el 11 de septiembre de 2001, el profesor Noam Chomsky afirma, no obstante, que no hubo ninguna conspiración federal detrás de la tragedia.
Al ser preguntado sobre si apoya el movimiento 9/11 Truth ('la verdad sobre el 11-S'), durante una conferencia en la Universidad de Florida ( EE.UU.) que fue grabada y publicada en YouTube Chomsky rechazó la posibilidad de que 'la mano' del Gobierno de Bush estuviera detrás del derrumbe del World Trade Center.

El profesor y comentarista político admitió que hay profesionales que defienden esta teoría, pero añade que se trata de "un número minúsculo de arquitectos e ingenieros", de cuyo firme convencimiento dudó porque no están haciendo lo que los científicos deben hacer para difundir un nuevo descubrimiento.
 


"Lo que haces cuando crees que has descubierto algo es escribir artículos en revistas científicas, dar charlas en los colegios profesionales [...] y presentar los resultados." En opinión del comentarista político, "hay mucha gente que pasa una hora en Internet y cree que sabe mucho de física, pero no funciona así", aseveró, propinando así una 'bofetada' a los teóricos de esta conspiración. 
 
Hay mucha gente que pasa una hora en Internet y cree que sabe mucho de física

 
En alusión a los que argumentan que el miedo a las represalias del Gobierno de EE.UU. los frena en su voluntad de publicar artículos que apoyen esta teoría conspiratoria, Chomsky mencionó que la publicación de un artículo en una revista académica es precisamente uno de los menores riesgos que esos individuos podrían correr.

En contra de los que afirman que el calor que produjo en las Torres Gemelas el incendio originado por el impacto del avión no pudo ser suficiente para derribar el edificio 7 del World Trade Center, Chomsky sostiene que "hay una cantidad abrumadora de pruebas de que la Administración Bush no estuvo implicada", una de las más elementales de las cuales es que, a pesar de que el Gobierno de Bush claramente quería invadir Irak, culpó de los atentados del 11 de septiembre a secuestradores sauditas, y no iraquíes. 

Para justificar la invasión de Irak, la Administración Bush "fácilmente podría haber culpado de los ataques a los secuestradores iraquíes, en lugar de denunciar los vínculos de Saddam Hussein con Al Qaeda y el almacenamiento de armas de destrucción masiva por parte de Irak".