"La Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón no tiene la intención de cambiar sus rutas de patrulla o informar sobre sus vuelos regulares a la parte china", ha comunicado este jueves el secretario general del Gabinete nipón de ministros, Yoshihide Suga.
Cabe recordar que las dos principales aerolíneas comerciales japonesas, Japan Airlines y ANA, que inicialmente proporcionaron a Pekín sus planes del vuelo, dejaron de hacerlo el miércoles bajo la presión gubernamental.
Ese mismo día, dos bombarderos estratégicos B-52 de EE.UU. también incursionaron sin previo aviso en la zona de identificación de defensa aérea decretada por China.
La zona china de identificación de defensa aérea existe formalmente desde el pasado 23 de noviembre. Incluye una parte del mar de la China Oriental donde están las islas Diaoyu (Senkaku en japonés), un territorio en disputa entre China, Japón y Taiwán. Los islotes son inhabitables, pero las aguas que los rodean son ricas en petróleo, gas natural y pesca.
Pekín decretó que los aviones extranjeros que pasen por ella deben proporcionar un plan de vuelo detallado, indicar su nacionalidad y mantener comunicación por radio con las autoridades de aviación de China a lo largo de todo su itinerario. En reiteradas ocasiones varios funcionarios chinos aseguraron que si pilotos extranjeros llegan a incursionar en este espacio aéreo sin emitir ningún tipo de advertencia, Pekín tiene el derecho de derribarlos.
EE.UU. y Tokio se niegan a obedecer la nueva normativa. Argumentan que la zona de identificación de defensa aérea de China se sobrepone a las zonas de identificación ya existentes de Japón, Taiwán y Corea del Sur, lo que eleva "el riesgo de cálculos erróneos y accidentes". Insiste en que este paso es desestabilizador e "innecesariamente inflamatorio".