Según los expertos, el reactor nuclear continúa filtrando agua radioactiva, mientras empresas subcontratistas de la planta han admitido que manipularon deliberadamente a la baja los índices de radiación comunicados y que decenas de granjas de los alrededores de Fukushima que el Gobierno dijo inicialmente que eran seguras presentaban en realidad niveles peligrosos de cesio radiactivo.
Lugareños de Fukushima afirman también que las tasas de cáncer en la zona están aumentando notablemente y que el Gobierno japonés está ocultando la magnitud del problema.
De acuerdo con la cadena estadounidense Fox News, la Agencia para la Alimentación y los Medicamentos estadounidense (FDA) ha intensificado su vigilancia de los índices de radiación de los productos marinos desde que se produjo el tsunami en 2011. La agencia afirmó que los niveles de radioactividad detectados hasta ahora están por debajo de los niveles máximos de radiación considerados seguros y que por tanto "no presentan un peligro".
Mientras tanto, la Agencia estadounidense de Protección del Medioambiente (EPA, por sus siglas en inglés) realiza un seguimiento de la radiación dentro de las fronteras de EE.UU. y presenta en línea los resultados (casi en tiempo real) de los niveles de radioactividad en las precipitaciones, el agua potable y la leche. Sin embargo, no mide la radiación del mar, de lo cual se encarga la Agencia Internacional de la Energía Atómica, que depende de los datos proporcionados por Japón.
De acuerdo con estudios independientes como el de la Institución Oceanográfica Woods Hole (WHOI, por sus siglas en inglés) los niveles de partículas radiocativas en el mar son relativamente bajos.
Sin embargo, Doug Dasher, que estudia radioecología en la Universidad de Alaska Fairbanks, cree que, no obstante, sigue siendo posible que haya "efectos menores" para la gente de la Costa Oeste de EE.UU. a pesar de los bajos resultados en las pruebas de radioactividad."No se esperan efectos agudos que puedan ser mortales o afecten a los órganos", dijo Dasher. Sin embargo, matizó que "no se puede decir que el riesgo sea cero", aseveró.
Los científicos también advierten que si un nuevo terremoto u otro desastre natural se produce mientras la planta nuclear de Fukushima sigue siendo desmantelada, podría tener consecuencias catastróficas.