El rescate a España empezó después de que una de las cuatro mayores entidades financieras del país, Bankia, anunciara en mayo del 2012 unas pérdidas superiores a 3.000 millones de euros. Al día siguiente el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguraba a la opinión pública que no iba a haber ningún rescate de la banca española. Situación que cambiaría a principios de junio, cuando el país pidió a Bruselas la ayuda para sanear su precario sector financiero privado. En julio se aprobaron las medidas para reducir el déficit público que incluyen la subida del IVA, suspensión de la paga extra y menos días libres para los trabajadores de la administración pública. El denominado tijeretazo presupuestario intensificó la ira popular y el número y escala de las acciones de protesta.
Este 2 de diciembre la misión conjunta de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional ha empezado su visita a España para llevar a cabo una última revisión de la marcha del programa de rescate bancario que expira en enero. La ayuda a la banca española se convirtió en un fracaso para el Estado, asegura Valentí.
"El rescate a la banca ha requerido un endeudamiento del sector público (...). La deuda pública ha influido en recortes. Por una parte, se han aumentado los impuestos. Por otra parte, hay menos bienestar. A pesar de que algunos gobernantes europeos dicen que el rescate ha sido un éxito, nos deberíamos preguntar si ha sido un éxito para los propios bancos o un éxito para la economía española, que yo me atrevería a afirmar que ha sido un fracaso", insiste el economista.