"Lo que está pasando tiene todos los rasgos de un golpe de Estado. Es muy serio. Mostramos paciencia, pero queremos que nuestros socios no piensen que pueden hacer lo que les dé la gana", dijo Azarov en una reunión que mantuvo este lunes en Kiev con los embajadores de la Unión Europea, EE.UU. y Canadá.
"Sabemos quiénes son los culpables. Tendrán su castigo cuando llegue el momento", aseguró.
El ministro dijo también que "el Gobierno tiene información de que se está preparando un asalto al edificio del Parlamento".
El primer ministro llamó a los embajadores a hacer todo lo posible para que haya diálogo entre el Gobierno y la oposición del país. "Les ruego llamen a los políticos de la oposición para que no permitan la violencia contra los policías, llamen al diálogo, que dejen los ultimátums y que se sienten a la mesa de negociaciones", dijo.
"Las autoridades de Ucrania también han ordenado a los policías que se abstengan de usar la violencia contra los manifestantes, pero la otra parte también debe guardar la compostura", señaló el primer ministro, que dijo que el jefe de la Policía ha sido despedido.
"No disculpamos a los policías pero, por otro lado, los políticos que se sumaron a la protesta radicalizaron la situación. El carácter masivo de la protesta se ha descontrolado, o sea, es controlado por parte de ciertos poderes políticos", sostuvo.