Fábrica de Tractores de Stalingrado: la resistencia más dramática
Uno de los episodios más significativos de la Batalla de Stalingrado, fue el combate por el control de la Fábrica de Tractores, parte importante del complejo industrial 'Octubre Rojo', ubicado al norte de Stalingrado.
Este lugar ha vuelto a ser una fábrica de maquinaria e insumos agrícolas, pero durante la batalla de Stalingrado fue reacondicionado para construir tanques. Los míticos T-34 salían desde allí y tenían su bautismo de fuego rápidamente, porque las líneas enemigas se encontraban a sólo 200 metros de la fábrica.
35.000 personas trabajaban en la planta mientras se desarrollaba la batalla, pero no había quejas. La importancia de defender la patria y el convencimiento de que la causa soviética era justa mantuvo la moral en alto pese a las difíciles circunstancias.
“Trabajaban doce horas al día construyendo y reparando tanques. Luego luchaban ocho horas y dormían cuatro. Incluso continuaron trabajando una vez que la línea del frente se desplazó a otro lugar. De todos modos, la fábrica fue bombardeada y murieron soldados y obreros en ella, pero nunca se fueron… siempre se mantuvieron en este lugar”, cuenta la historiadora Nadezhda Beloúsova.
La necesidad era apremiante. Los trabajadores de la fábrica de tractores se convirtieron también en soldados, dejaron sus herramientas para tomar las armas y luchar contra los invasores nazis.
“Escribí con mis propias manos en los tanques 'Esta es una respuesta de Stalingrado para ustedes'", recuerda Alexandr Klemenko, uno de los veteranos a quien le tocó vivir aquellos episodios dramáticos. “También lo hacía en los 'panzers' alemanes que capturábamos. Los pintábamos y los usábamos en combate. El comandante escogió personas que sabían manejar tractores y dijo: vengan, siéntense en el tanque y manéjenlo. Ellos respondían que no sabían hacerlo, pero nuestro jefe comentaba que eso no era importante, que aprenderíamos”.
Pese al elemental entrenamiento militar, el grupo de trabajadores destacó por su valentía. Algo que tomó por sorpresa a los soldados nazis, que con arrogancia aseguraban que tomarían la fábrica en sólo tres días.
“Los alemanes sabían que había soldados soviéticos y atacaron el 23 agosto. Ellos querían reparar sus tanques en la planta y pensaron que en tres días lograrían ocuparla. Pero se equivocaron. Y aunque se hicieron con el control de una parte, nuestros soldados tenían conductos subterráneos por donde se comunicaban y durante la noche atacaban a los alemanes. Los soviéticos no dejaron la fábrica por completo nunca”, comenta Nadezhda Beloúsova.
Los combates en la planta terminaron tres días después de que las fuerzas alemanas se rindieran en aquella zona. La fábrica de tractores nunca dejó de producir y reparar tanques, estos eran demasiado importantes no sólo para defender Stalingrado, sino también para obtener la victoria final.