No se puede reescribir la historia
Después del desfile militar en la Plaza Roja de Moscú, el presidente ruso Dmitri Medvédev se reunió en el Kremlin con el líder chino Hu Jintao. El mandatario ruso agradeció su participación en la ceremonia solemne en honor del Día de la Victoria.
“Su participación simboliza dos cosas: primero, nuestra actitud común hacia el pasado, hacia aquella guerra, que consolidó a nuestros pueblos, y segundo, nuestra cooperación estratégica”, dijo Medvédev. En vísperas de la fiesta Hu Jintao, destacó el papel jugado por la antigua URSS en la Segunda Guerra Mundial. “Los pueblos de diferentes países combatieron contra los agresores fascistas, pero eran los soldados soviéticos los que hicieron una aportación decisiva para vencer en la Guerra Mundial”, dijo el líder del país más poblado del mundo.
Al mismo tiempo, el representante ruso en la ONU Vitali Churkin, afirmó que Rusia tiene “una disputa muy de principio” con los partidarios de los fascistas que proclaman como héroes a éstos. Durante cinco años Rusia propuso a los países miembros una resolución dedicada a este tema. La última vez 127 países votaron por la resolución, sin embargo, EE. UU. siempre vota contra la reprobación de los que dan carácter heroico al fascismo.
Churkin subrayó, que el día que se celebra ahora como el Día de Holocausto es el día de la liberación del campo de concentración de Auschwitz por las tropas soviéticas. De 6 millones de judíos fallecidos durante la guerra, 3 millones vivían en el territorio de la antigua URSS. Sin embargo, en algunos países se sigue considerando a los colaboracionistas como los luchadores para la independencia nacional, y al papel de la URSS en la guerra como el secundario.
Las consecuencias de tanta posición llegan a su hora. Incluso el 65 aniversario de la Victoria los desconocidos en Berlín profanaron el monumento al guerrero soviético que liberó Alemania del fascismo. Una esvástica pintada en la escultura por el color negro, indignó a todos los veteranos y a sus familiares que se reunieron en el parque Tiergarten para celebrar el Día de la Victoria.
Al mismo tiempo, en la ciudad ucraniana de Lviv conocida por tener muchos nacionalistas antirtusos, los radicales trataron de molestar al paso solemne de la columna de los veteranos gritando las consignas antirrusas y glorificando al conocido ultranacionalista Stepán Bandera. Los nacionalistas pisoteaban y despedazaban la bandera soviética.
Todo eso significa que mucha gente en el mundo ya no sabe la verdad de la Segunda Guerra Mundial. Son lecciones de la historia que todos nosotros tenemos que aprender.