Falló el intento de bloquear con una cúpula metálica de 100 toneladas al pozo petrolífero de BP que contamina las aguas del Golfo de México. Sin embargo, el centro de mando conjunto de la compañía y el Gobierno federal estadounidense sigue intentando contener la fuga de petróleo con el empleo de diversas tecnologías. En las próximas horas se colocará sobre ésta un tapón ciego de goma.
BP inició el lunes la operación de descenso de una vasija con un compuesto de goma que formaría una cúpula menor, envolviendo el extremo destruido de la tubería para contener la salida de crudo.
A la solución previa —una cúpula hecha de acero con hormigón— le impidió su utilización la formación de cristales de metano congelado en su interior, fenómeno causado por la gran presión en el fondo marítimo. Los ingenieros no han abandonado la idea por completo y estudian vías de calefacción del acero para que no lo cubran sustancias ajenas, mientras que la pieza, a bordo de un buque, se transporta a la costa.
Además, quedó tapado desde el 5 de mayo el menor de los orificios a través del cual el petróleo se había vaciado a las aguas. La medida, sin embargo, eso no redujo la cantidad total de la fuga.
Unos 800 mil litros diarios de crudo contaminan las aguas del Golfo de México desde el pasado 22 de abril. La cantidad total del vertido se estima en 13 millones de litros después de que una plataforma de BP estallara y se hundiera, provocando una catástrofe ecológica sin precedentes para los estados sureños de EE. UU. y amenazando a Cuba, México y otras naciones de la región.
Varias semanas más del vertido pondrían en riesgo la existencia de BP, compañía que desembolsa 10 millones de dólares diarios para remediar la situación en uno de sus pozos.