En los tres últimos meses más de 150 yihadistas, entre ellos 15 o 20 ciudadanos británicos, utilizaron las casas ubicadas cerca de la ciudad turca de Reyhanli como puntos de tránsito para cruzar la frontera con Siria, informa BBC.
Para centenares de combatientes venidos de todo mundo, países europeos incluidos, Turquía se convierte en una estación de paso para entrar en Siria y unirse a otros grupos armados de fundamentalistas islámicos que operan en su territorio y combaten al presidente Bashar al Assad para forzar su derrocamiento.
Sin embargo, las fuerzas armadas leales al gobierno de Assad no son los únicos enemigos de los yihadistas. También combate contra los rebeldes armados del Ejército Libre Sirio, disputándose con ellos las zonas de influencia.
"Nos dijeron que no somos los verdaderos musulmanes", dice un ex comandante de la FSA cuya unidad chocó con los yihadistas. "Vi como golpeaban a mis amigos con barras de hierro […] y luego los mataron. El suelo estaba cubierto de sangre", recuerda.
"Hay miles de nosotros, literalmente de todos los rincones del mundo", cita BBC las palabras de un miliciano yihadista de Francia, que se unió a una brigada de 8.000 islamistas radicales de la organización Estado Islámico de Irak y la Gran Siria. "Y todos somos Al Qaeda", subraya.
De acuerdo con los datos oficiales proporcionados por Ankara, desde 2012 unos 1.100 yihadistas provenientes de Europa rumbo a Siria han sido detenidos en territorio turco durante las operaciones especiales.