Según el estudio realizado por el escritor británico Laurence Marks, estudioso del psicoanalista judío Sigmund Freud y de sus obras, detalla que el padre del psicoanálisis recomendó en 1895 que el pequeño Adolf fuese internado en un instituto de salud mental para niños de Viena.
Todo comenzó cuando el médico de la familia Hitler, el doctor Ernest Bloch, le preguntó a Freud qué hacer con el pequeño Adolf, que sufría de frecuentes pesadillas caracterizadas por caídas en abismos profundos y persecuciones en las que era capturado y azotado hasta desear la muerte; esto venía acompañado por conductas inapropiadas, informa el diario argentino 'La Nación' citando la investigación.
Sin embargo, el padre del niño, Alois, rechazó el consejo de Freud. Según Marks, lo decidió así para evitar cualquier examen médico que evidenciara el maltrato psicológico y físico que sufría su hijo.
"Le gustaba humillar a su hijo. En una muestra de rebelión, Adolf, entonces de seis años, trató de escapar de su casa durante la noche, saltando por una ventana. Se desvistió para salir con menos ruido, pero quedó enganchado. Su padre lo oyó y llamó al resto de la familia para que se rieran de él. Adolf lloró durante tres días", relata Marks en su estudio.