El epicentro de las manifestaciones de Kiev vive en continua metamorfosis

El centro de la capital de Ucrania vive en continua metamorfosis. La incertidumbre es compañera fiel estos días. En cuestion de 24 horas se pasa del diálogo entre las fuerzas del orden y los opositores a los operativos policiales nocturnos.
Dentro de la plaza de la Independencia, conocida también como 'Maidán', hay quienes dudan de si los antidisturbios volverán como el pasado miércoles. "De nuestro presidente se puede esperar cualquier cosa. Puede dar la orden de que entre la Policía como también puede no darla", dice el manifestante Piotr.
 
El viaje que va de la tensión a la calma en la capital ucraniana es muy corto. Los palos de los grupos radicales en Maidán se transforman en palas para limpiar la plaza. Allí el movimiento es continúo. Los voluntarios con el paso de los días aumentan. "El 1 de diciembre cuando la gente vino de todo el país tan solo en un día pasaron por aquí 1.200 voluntarios. La gente trae ropa, mantas y también miel", indica Yevgueni, organizador de los voluntarios en la plaza de la Independencia.
 
Asimismo, en los últimos días, Maidán ha sido testigo de invitados poco habituales. Altos representantes de Europa y de EE.UU. se han dado un baño de multitudes y han aprovechado para lanzar su mensaje. "Yo he dejado claro que he venido a esta plaza para ayudar y mostrar a toda la gente con la que me encuentro que nosotros nos preocupamos por este país", señaló Catherine Ashton, jefa de la diplomacia de la Unión Europea.

Pero lo que no se ha transformado en Maidán es su escenario. Ha sido el motor de las protestas de día y de noche sin descanso entre música, discursos y oraciones. Quizás uno de los mejores ejemplos que reflejan el cambio y la evolución de las protestas son sus barricadas. En la noche del martes fueron destruidas y ahora se vuelven a construir ya no solo con palos, postes o con trozos de metal, sino también con nieve. 
 
Mientras tanto, el ayuntamiento, a tan solo 300 metros de Maidán, hace de refugio. Los manifestantes lo tomaron hace una semana. Allí, como en otras partes del centro de la urbe, se sigue la actualidad a través de pantallas. Y quien necesita ayuda, la recibe. 

El centro de la ciudad de Kiev es el reflejo de la actual situación del país. Muchos tienen la esperanza de que vaya a mejor. Algo que no pasará con su climatología, que cada vez es menos indulgente con los manifestantes.