El agente retirado del FBI Robert Levinson desapareció en marzo de 2007 en la isla iraní de Kish. Durante años, EE.UU. lo describió como un ciudadano en viaje privado de negocios.
Sin embargo, según la investigación de AP, relatada en el portal News Daily, un equipo de analistas de la CIA, que no tiene autoridad para ejecutar operaciones de espionaje, estaba pagando a Levinson para reunir información de inteligencia en los lugares más 'oscuros' del mundo.
En respuesta al escándalo provocado por la revelación, los tres analistas fueron expulsados y otros siete fueron sancionados. La CIA pagó a la familia de Levinson 2,5 millones de dólares para evitar la demanda y así tener tiempo para reescribir las normas que restringen cómo los analistas trabajan con personas externas.
De acuerdo con la información de AP, Levinson desapareció mientras investigaba al régimen iraní para el Gobierno de EE.UU. Los detalles de la desaparición se describen en los documentos obtenidos por la agencia de noticias, además de las entrevistas de decenas de funcionarios extranjeros vinculados con el desaparecido.
No hay confirmación de quién capturó a Levinson y posiblemente lo retiene ahora, aunque las autoridades estadounidenses han investigado la posible implicación de narcotraficantes o terroristas en el caso. La mayoría de los funcionarios, por su parte, creen que las mismas autoridades iraníes son los que lo retienen o saben quién lo hace.
Según los funcionarios estadounidenses, en los últimos tres años el Gobierno no ha recibido ninguna prueba de que Levinson esté vivo, y desde entonces no ha habido ningún indicio del paradero del exagente.
Inmediatamente después de la desaparición de Levinson en marzo de 2007 la CIA reconoció ante el Congreso que el hombre había hecho anteriormente un trabajo para ellos bajo contrato, pero añadió que actualmente la agencia no tenía ninguna relación con él y no se conectó más a Irán con el caso.
A finales de 2010 y principios de 2011, la esposa de Levinson, Christine, recibió un video de la prueba de su vida y algunas fotos. El hecho daba esperanzas de que EE.UU. y los captores de Levinson estaban dispuestos a negociar. Los funcionarios estadounidenses e iraníes se reunieron varias veces en secreto, pero sin ningún resultado.
En marzo de 2011, la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, emitió un comunicado diciendo que Washington tenía pruebas de que Levinson estaba detenido "en algún lugar del suroeste de Asia". En el comunicado se mencionaba que Levinson podría estar en manos de grupos terroristas o de alguna organización criminal en Pakistán o Afganistán, no en Irán.
Sin embargo, los funcionarios de la inteligencia estadounidenses todavía creen que Irán está detrás de la desaparición de Levinson, pero esperaban que la declaración de Clinton ofreciera una versión alternativa plausible de lo sucedido en caso de que Irán quisiera ponerlo en libertad sin reconocer que lo había retenido.
Las autoridades iraníes, por su parte, niegan tener conocimiento del paradero de Levinson y aseguran que están haciendo todo lo posible para facilitar su búsqueda.