Si esto se confirma, Europa podría situarse en el centro de la búsqueda de lugares potencialmente habitables fuera de la Tierra, según el astrofísico Kurt Retherford, citado por la agencia Reuters.
Cuando está cerca de Júpiter, aumenta la tensión, los polos se aprietan y las fracturas se cierran. A medida que se aleja, la tensión cae y las fracturas se abren
"Lo hemos visto todavía solo en un lugar, por eso es prematuro sacar conclusiones de carácter global", dijo el científico en una conferencia de American Geophysical Union en San Francisco.
Los pilares, de una altura de unos 200 kilómetros, fueron registrados por Hubble sobre el polo sur de Europa en diciembre de 2012.
No se avistó ningún chorro en la misma zona en octubre de 1999 ni en noviembre 2012.
La nave Galileo, que pasó de largo sobre Europa nueve veces a finales de los 90, tampoco detectó nada por el estilo.
Los científicos sospechan que el vapor sale de las grietas que se abren en el hielo por los cambios de las 'fuerzas de marea', cuando la luna se aleja de Júpiter.
"Cuando está cerca de Júpiter, aumenta la tensión, los polos se aprietan y las fracturas se cierran. A medida que se aleja, la tensión cae y las fracturas se abren", explicó el investigador planetario Francis Nimmo, de la Universidad de California.
Los géiseres también pueden ser el resultado del calentamiento por fricción de los bloques de hielo o del impacto de un cometa, según los científicos.
Chorros similares se detectaron en la luna de Saturno, Encélado, que debido a que tiene 12 veces menos gravedad que Europa, puede expulsar esas columnas mucho más lejos en el espacio.
Los científicos consideran interesante que tanto Europa como Encélado, que está siendo estudiada por la nave espacial Cassini que orbita alrededor de Saturno, expulsen aproximadamente la misma cantidad de vapor de agua, unas siete toneladas por segundo.
Otra cuestión que deben resolver los científicos es por qué las columnas se producen solo sobre el polo sur y todavía no se han avistado sobre el norte.