Para que los planes de desarrollo de una flota submarina se hagan realidad, de momento se están construyendo en el puerto de Itaguaí, cerca de Río de Janeiro, un astillero y una base naval especializados y completamente nuevos.
Además de la única nave sumergible de propulsión nuclear, están programados cuatro submarinos de ataque diesel-eléctricos de clase SB-R. Conforme al programa PROSUB, cuyo financiamiento ha sido confirmado por el Gobierno de Brasil, el primero de ellos entrará en servicio en 2017 y el último, en 2021.
Las autoridades del país prefieren que los proyectos de construcción naval más costosos se realicen dentro del país, aunque con tecnologías importadas. Se refiere concretamente a cinco fragatas, a cinco buques patrulleros para cubrir los 3,5 millones de kilómetros cuadrados de la plataforma continental brasileña y a un navío de apoyo logístico de 20.000 toneladas de desplazamiento, cuyo coste para el presupuesto federal será de entre 7.000 y 8.000 millones de dólares.
Según revela el medio de digital especializado IHS Jane's International Defence Review, los líderes políticos brasileños sopesan las ofertas presentadas por al menos siete compañías. Todos los buques deberán ser construidos localmente bajo un acuerdo de transferencia de tecnología. En el marco del segundo programa de modernización de la Marina, denominado PROSUPER, Brasil plantea inaugurar primero los patrulleros, posteriormente el barco de apoyo y en último lugar las fragatas.
El Gobierno de Brasil quiere que todos los buques de nueva generación se ajusten a los estándares del convenio internacional para prevenir la contaminación por los buques (MARPOL). Lo estipuló en un tercer programa del desarrollo de la flota, PROANF. Según este documento, el país tiene planes de adquirir la licencia para construir dos navíos anfibios de 10.000 toneladas. A modo de patrón se están comparando los diseños de los buques clase San Giusto, Juan Carlos I, Foudre y Rotterdam.
A largo plazo está previsto construir también dos portaviones o portahelicópteros de 50.000 toneladas, que forman parte del cuarto programa existente en este campo en Brasil: el PRONAE. Para ellos, y también para el control de la frontera marítima en un período más próximo, el mayor país sudamericano necesitará 16 helicópteros Eurocopter EC 725 y ocho helicópteros Sikorsky S-70B.
Los planes de modernización de la Marina más inmediatos, sin embargo, pasan por los constructores navales de Colombia. Ya a comienzos de 2014 los militares brasileños esperan la entrega por parte de ese país de dos buques patrulleros LPR40 Mk2, destinados a controlar el río Amazonas.