La reina de Inglaterra Isabel II autorizó al líder del Partido Conservador, David Cameron, para encabezar el nuevo Gobierno después de que Gordon Brown renunciara al cargo de primer ministro británico.
Previamente Brown dijo que iba a aconsejarle a la soberana que invitara al líder de la oposición a formar gobierno. "He informado al secretario privado de la Reina de que mi intención es presentar mi renuncia a la soberana. En el caso de que ella acepte, debo aconsejarle que invite al líder de la oposición para intentar formar un gobierno. Le deseo suerte al próximo primer ministro mientras toma decisiones importantes para el futuro", dijo Brown a los periodistas.
"Y en los momentos en los que abandono el segundo trabajo más importante que jamás he tenido, aprecio aún más el primero: como padre y esposo. Gracias y adiós", concluyó emocionado ante la mirada de su esposa y de sus dos hijos.
La decisión de Brown fue tomada tras las elecciones del jueves pasado en las que el partido laborista quedó segundo. El Partido Conservador de centro derecha, liderado por David Cameron, obtuvo la mayoría de escaños y votos, pero sin lograr la mayoría absoluta. Los liberales demócratas, a su vez, quedaron en tercer lugar. Durante cinco días de incertidumbre política, tanto los laboristas como los conservadores trataron de conseguir el apoyo de los liberales demócratas para formar el nuevo gobierno. La declaración de Brown dejó claro que el Partido Laborista había perdido y que posiblemente los conservadores y los liberal demócratas habían llegado a algún tipo de acuerdo.
La renuncia de Brown acabó efectivamente con los 13 años de Gobierno del Partido Laborista de centro izquierda.
Después de que la reina Isabel II aceptara la dimisión de Brown, fue David Cameron el que visitó el Palacio de Buckingham, convirtiéndose en el primer ministro más joven en casi dos siglos.