Según informa el periódico japonés 'The Japan News', el proyecto forma parte de un nuevo plan de cinco años para el desarrollo de la defensa nacional, que debe ser aprobado por el Consejo de Ministros el 17 de diciembre.
De acuerdo con el documento, las autoridades japonesas están planeando duplicar el número de cazas de combate F-15 de 20 a 40 en la base de las Fuerzas Aéreas situada en la ciudad de Naha, en la prefectura de Okinawa. El objetivo principal del aumento es interceptar a las aeronaves intrusas del espacio aéreo del país.
Este sistemático incremento de las capacidades de defensa en el sur de Japón tiene lugar en el marco del conflicto en curso entre Tokio y Pekín debido a la disputa por la soberanía sobre el archipiélago de Senkaku (Diaoyu en chino), que se inició en los años 1970.
El último capítulo del agravamiento de la situación ha sido la creación por parte de China de una zona de defensa aérea en el mar de China Oriental que cubre las islas en disputa. La parte japonesa, por su parte, no reconoce la nueva zona de defensa y se niega a informar a China sobre los vuelos que realicen sobre el área sus aviones civiles y militares.
Tokio también tiene previsto formar una agrupación anfibia con el objetivo de recuperar estas remotas islas en caso de una invasión, adquirir para la base de Naha aviones de vigilancia no tripulados y desplegar una unidad de aviones de alerta temprana E-2C.