El periodista Amir logró en el último momento recoger a su esposa e hijos y correr con ellos bajo la lluvia de balas. "Fue un acto imprudente por mi parte, pues era muy peligroso, pero decidí que deberíamos tratar de escapar antes que caer en manos de quienes torturan y despedazan a la gente", expresa.
Asimismo, cuenta que hace poco logró ponerse en contacto con uno de sus amigos, que todavía se oculta en el sótano de su casa. "Los rebeldes rodearon su casa como animales. Trataron de irrumpir en su casa cinco veces, pero está bien fortificada, así que no pudieron entrar", revela.
Amir dice que sus amigos le contaron lo que habían hecho los rebeldes con los civiles y que fue "algo horrible" y "alucinante en el sentido pleno de la palabra". "Se realizaron reales atrocidades y masacres contra personas desarmadas", afirma.
Durante el ataque lanzando por grupos extremistas contra la ciudad de Adra, ubicada en las afueras de la capital de Siria, murieron más de 90 civiles, aunque el número exacto de víctimas se desconoce y podría ser más elevado.