Ante una multitud que celebraba su victoria, la ex y futura mandataria aseguró que es tiempo de reformas de fondo y ratificó los principales puntos de su campaña.
Bachelet confirmó su intención de llevar adelante lo que será uno de los desafíos más importantes de su próxima gestión: una nueva Constitución que reemplace a la actual, herencia de la dictadura de Pinochet.
Tras recibir una llamada telefónica de Sebastián Piñera, quién le entregará el mando del país en marzo, Bachelet fue recibiendo los saludos de otros mandatarios de la región. Entre los primeros estuvieron el mexicano Enrique Peña Nieto y el venezolano Nicolás Maduro, quien abogó por que las relaciones de su país y Chile mantengan la sintonía y amistad que Bachelet sostuvo durante su primera presidencia con el Gobierno de Hugo Chávez.
Las promesas de campaña elevan la expectativa de esta segunda victoria de Bachelet para ejercer la presidencia. La propia ganadora se asumió como la líder de un proyecto de cambio, pero ¿cuán profundo será ese cambio? Es algo que solo se podrá responder cuando terminen los festejos y comience la gestión.
Las reformas que se propone la nueva presidenta, sobre todo la de erradicar la desigualdad imperante en Chile, tropezarán con los dos siglos que este mal está instituido en el país. Así opina el analista político Patricio Navia.
"La desigualdad en Chile existe desde hace mucho tiempo, no es producto de los cambios recientes", durante doscientos años este mal está instituido en el país, indica Navia.
Según el experto, "las reformas que promete Bachelet son reformas incrementales y ella ha dicho que se van a lograr en mucho tiempo, que no va a ser un objetivo de los próximos cuatro años. Aunque va a haber avances en la educación y otras reformas, la mayor parte de las reformas van a ser solo incrementales y mejoras respecto a lo que ya se ha hecho en Chile. Probablemente el Gobierno ponga un poco más de énfasis en la relación con Brasil y disminuya el énfasis del Gobierno actual en la relación con México, pero en general Chile es un país que promueve las políticas de integración, de libre comercio y eso lo va a mantener la presidenta Bachelet".