El nuevo plan del presupuesto de EE.UU. llevará a que los que están en el paro de larga duración pierdan sus beneficios de desempleo. Después de que el subsidio por desempleo se agota, por lo general después de 26 semanas, los beneficios federales de desempleo de emergencia entran en juego para un máximo de otras 47 semanas. Como el Congreso no ha renovado este programa, 1,3 millones de estadounidenses resultarán privados de los beneficios que promedian 1,166 dólares por mes. A finales de 2014, otros 3,6 millones de personas perderán sus beneficios.
En 2008, durante la presidencia de George W. Bush, el Congreso autorizó la compensación por desempleo de emergencia para ayudar a los desempleados a hacer frente a la recesión, dando a los trabajadores un total de 59 semanas de compensación por desempleo. Un año más tarde, el presidente Barack Obama firmó una ley que daba a los desempleados un mínimo de 14 semanas de beneficios de desempleo. En el punto álgido de la recesión, los estadounidenses podían recibir hasta 99 semanas de subsidio de desempleo. Pero ese número ha descendido incluso del máximo de 73 semanas al ser esta la primera vez desde 2008 que el Congreso no ha extendido el programa.
Bajo otro programa federal, que inició en su momento el presidente Richard Nixon, los estadounidenses todavía pueden obtener un extra de 13 semanas de beneficios si la tasa de desempleo en su estado es alta.
A pesar de que el pago promedio mensual de desempleo no es suficiente para mantener a una familia de cuatro personas, esto ayuda a muchas personas a sobrevivir. Cuando expire el seguro de desempleo, muchos estadounidenses caerán aún más en la pobreza. En 2012, los beneficios de desempleo ayudaron a mantener 1,7 millones de personas –entre ellas 446.000 niños– fuera del margen de la pobreza, de acuerdo con el Proyecto de Ley Nacional de Empleo.
Los seguros también permitían a las personas sin empleo seguir una búsqueda activa de trabajo, ya que ayuda a pagar una ropa presentable y el transporte para ir a las entrevistas.
Además, según varios expertos, el mismo plan podría recortar injustamente los beneficios de retiro para los jubilados militares a 6.000 millones de dólares en 10 años. La medida ha generado una fuerte oposición de las organizaciones de defensa de derechos de los veteranos.
El proyecto de presupuesto bipartidista diseñado para evitar otro cierre del Gobierno de EE.UU. y aliviar los efectos más duros de los recortes presupuestarios ha recibido la aprobación final en el Congreso. El Senado, liderado por los demócratas, aprobó el proyecto para la firma del presidente Barack Obama. La medida reemplazará los recortes previstos al presupuesto de 2014 ya iniciado por valor de 45.000 millones de dólares, elevando los presupuestos de las reparticiones oficiales a algo más de un billón de dólares, y congelaría el gasto en esos niveles para 2015. Sustituye otros recortes de gastos y nuevas tarifas en reemplazo de los recortes automáticos, y asigna la modesta suma de 23.000 millones de dólares a la reducción del déficit a lo largo de la próxima década.