La UE alerta: Dos plaguicidas amenazan a las abejas... y a los humanos

Un estudio de reguladores de alimentos en la Unión Europea afirma que una clase de pesticidas está ligada a la muerte de un gran número de abejas melíferas y que también puede ser perjudicial para la salud humana.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, responsable de las alertas y de la detección de problemas que afectan a la seguridad de los alimentos, considera que es necesario tomar una postura más dura contra los neonicotinoides, un tipo de insecticidas que actúan en el sistema nervioso central de los insectos y con menor incidencia tóxica en mamíferos.
 
A primeros de año algunas de estas sustancias fueron prohibidas temporalmente para su uso en muchos cultivos en Europa que atraen a las abejas melíferas, una medida que no gustó a los fabricantes de los plaguicidas y a la que se opusieron en los tribunales.

Ahora, los reguladores de la Unión Europea aseguran que esta misma clase de los plaguicidas "puede afectar al sistema nervioso humano", y que los niños serían los principales perjudicados. Sus investigaciones se centraron en dos versiones específicas de pesticidas: acetamiprid e imidacloprid. Los investigadores dicen que estas sustancias son seguras si se usan sólo en cantidades más reducidas de las que actualmente está permitido.

Los productos de Bayer de por medio

Imidacloprid es uno de los insecticidas más populares, usado en los productos agrícolas y de consumo. Fue desarrollado por Bayer, el gigante químico alemán, y es ingrediente activo en productos como 'Bayer Advanced Fruit, Citrus & Vegetable Insect Control', que se puede comprar en las tiendas de todo el mundo.

Mientras, el Acetamiprid lo comercia Nisso Chemical, una rama alemana de una empresa japonesa, pero que fue desarrollado con ayuda de Bayer. Se utiliza en productos de consumo como 'Ortho Flower, Fruit & Vegetable Insect Killer'.
 
Bayer ha salido en su defensa y asegura que su producto no tiene potencial tóxico y que no representa ningún peligro para los seres humanos. Mientras, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria recomienda una mayor investigación "para proporcionar datos más sólidos".